El asma es una enfermedad crónica de las vías respiratorias, que dificulta la respiración. El sistema respiratorio consta de una red de conductos de diferentes diámetros que permiten la entrada y salida de aire desde la nariz/boca hasta los pulmones. El objetivo es que llegue oxígeno a los pulmones, pues éste es indispensable para la vida de nuestras células. En el asma el tejido de los conductos se halla inflamado. Por diversas causas, la musculatura de estos conductos se tensiona, estrechando su diámetro. Además la inflamación del tejido puede aumentar e incluso generar más mucosidad, por lo que finalmente la entrada de aire se reduce y provoca entre otros, el síntoma de ahogo y la falta de oxígeno, que puede acarrear graves consecuencias.
No se sabe exactamente, pero existen factores genéticos y ambientales que interactúan:
En general los pacientes asmáticos presentan ataques esporádicos. Dichos ataques pueden tener una duración breve, de minutos, o incluso de días, siendo los síntomas habituales:
Otros síntomas, que requieren de atención médica urgente incluyen: color azulado en cara y labios, alteración de la lucidez mental, confusión o somnolencia durante el episodio de ataque, marcada dificultad respiratoria, aceleración del pulso, ansiedad, sudoración, respiración anormal (demora de la exhalación), paro respiratorio transitorio,dolor/opresión torácica.
La mayoría de los pacientes en tratamiento llevan una vida normal con pocos o incluso sin síntomas. En el caso de presentar síntomas, éstos pueden ser de carácter y frecuencia variable en el tiempo. Sin embargo, algunas complicaciones pueden ser severas afectando a la actividad y al sueño a causa de los síntomas nocturnos, y pueden provocar la aparición de tos persistente, cambios en la función pulmonar, necesidad de utilizar respirador o incluso la muerte.
No. El asma es una enfermedad crónica, que no tiene cura, pero sí tratamiento y cuyos síntomas pueden disminuir con el tiempo. La medicación utilizada puede ser por vía oral o a menudo por inhalación. Es muy importante aprender cómo funciona cada inhalador, pues de ello dependerá la eficacia del tratamiento. Los medicamentos utilizados tienen dos funcionalidades distintas:
El asma afecta a personas de todas las edades, pero por lo general comienza en la infancia, teniendo mayor probabilidad los niños con alergias y con antecedentes familiares. Algunas personas presentan asma ocupacional, el cual es debido al contacto con ciertos irritantes químicos o polvos industriales en el trabajo.
Inicialmente hay que acudir al médico de cabecera o al pediatra. El método de diagnóstico suele consistir en una prueba de función pulmonar (espirometría), conocer los antecedentes de salud del paciente y hacer un chequeo físico. Pueden realizarse otras pruebas como: pruebas de alergia, gasometría arterial, radiografía de tórax, electrocardiograma, etc. El médico diagnostica y además determina la gravedad del asma, es decir, si es intermitente, leve, moderado o grave y en base a ello define un tratamiento. En ciertos casos más complejos el paciente puede ser derivado a un especialista en asma.
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